La Terapia Analítico Funcional (FAP), es un enfoque de la terapia psicológica basada en el conductismo radical descrita por primera vez en los 80. El desarrollo de este modelo terapéutico data de más de 25 años de investigación.
El comportamiento está en función del contexto y existe una “mutua afectación”, esta equivalencia funcional justifica que FAP plantee que es posible modificar el comportamiento de los adolescentes/ preadolescentes en sesión y generalizar estos cambios fuera del contexto terapéutico.
FAP considera que la relación terapéutica no es un factor que conduce al cambio, ni un elemento moderador, sino que es el contexto en donde se da el cambio.
Se enfoca en trabajar los aspectos problemáticos que aparecen en terapia, creando un enfoque individualizado, basado en la evaluación de cada caso. El terapeuta desarrolla contextos terapéuticos que promueven la equivalencia funcional entre la terapia y los ambientes de la vida diaria del niño o adolescente.
Se utiliza el análisis funcional de la conducta (FC ) para averiguar las conductas clínicamente relevante (CCR ) del paciente y actuar sobre ellas moldeando progresivamente la conducta.
Esta terapia exige del terapeuta que sea consciente plenamente de lo que ocurre en cada instante durante la sesión: en uno mismo, en el adolescente, y entre ambos, a diferencia de otras terapias en las que el terapeuta puede actuar con el piloto automático.
El terapeuta responde al adolescente en el momento en que éste se involucra en un comportamiento problemático o efectivo, reforzando los comportamientos que funcionan, de manera más efectiva.
Las intervenciones basadas en FAP con niños / adolescentes y pre adolescentes, permiten al terapeuta, aplicar principios basados en la evidencia y trabajar con áreas bien delimitadas del comportamiento.